La seguridad y la calidad de los productos de consumo es una preocupación creciente. Con una producción y unas compras cada vez más globales, las cadenas de suministro son más largas y complejas. Esto aumenta el riesgo de incidentes y añade costes innecesarios a la cadena de suministro. En un mercado que ha estado dominado por los esquemas de auditoría de segundas partes, hay un claro movimiento hacia las normas mundiales reconocidas y la certificación por terceros.
La certificación de las normas de productos de consumo es aplicable a cualquier empresa. Los productos cubiertos incluyen:
- Cuidado personal y productos para el hogar. Es decir, productos formulados y fabricados que suelen tener mayores requisitos de higiene debido a la naturaleza y el uso de los productos. Ejemplos de ello son los cosméticos, los artículos de tocador, los artículos de cuidado personal y los productos químicos y de limpieza para el hogar.
- Productos de consumo en general. Es decir, principalmente productos manufacturados en los que la gestión del proceso de producción para garantizar la calidad y la seguridad de los productos es una preocupación primordial. Ejemplos de ello son los equipos eléctricos, los juguetes, los muebles, los textiles y las joyas.
Beneficios:
Las empresas gestionan la calidad, la seguridad y los requisitos legales desde el principio:
- Protegen mejor su marca y sus clientes
- Obtienen una mayor confianza de la marca al solicitar y obtener la certificación frente a normas reconocidas mundialmente
- Consiguen un tiempo de comercialización más rápido, ya que la certificación permite compras más rápidas a nuevos proveedores
- Reducir la carga de la auditoría al aplicar las normas de la industria reconocidas mundialmente
- Gestionar el riesgo de la cadena de suministro e impulsar la mejora continua
Normas disponibles:
Dos de las normas certificables para los productos de consumo son: